Es en  una carta del cacique Kallfülaf de Allipén dirigido al Coronel Cornelio Saavedra con fecha 29 de Enero de 1870, donde se menciona por primera vez el sector de Maile, haciendo alusión a un cacique de ese lugar de nombre Francisco Curamill y a un capitanejo de nombre Curimanque. Actualmente tenemos a la familia Cariman, que según cuentan algunos sus integrantes, el apellido proviene del nombre Curimanque, y que  hoy en día forma la comunidad “Luis Cariman”. Esta carta del cacique Kallfülaf está publicada en el libro “Cartas Mapuches, siglo XX” de Jorge Pavez Ojeda, Pag. 467- 468.

El contenido de la carta expresa de parte de este cacique  propósitos de paz y se lo da a conocer  al Coronel Cornelio Saavedra manifestando el deseo de unidad y de nunca ser contrarios  con el Gobierno, dado que les ofrecía “la mejor comodidad para vivir en sosiego”. Además enfatiza que ha mantenido esa actitud desde hace tiempo “señor, yo esido un hombre que me callado en tres o cuatro ocasiones en Guerra…”. Cabe destacar que es una actitud de nobleza y no de cobardía “sé lo que es el fuego por tanto detesto las desabeniencias con mis amigos Compatriotas”. Este cacique hablaba en representación de los caciques mencionados incluyendo los del sector de Maile.

Posteriormente, con la pacificación de la Araucanía, contamos con los antecedentes escritos por F. A. Subercaseaux en sus memorias de la campaña a Villarrica de 1882 y 1883 publicado en 1888.

En sus memorias se da a conocer que hasta el verano de 1883, las riberas del río Allipen hacia la cordillera eran aun inexploradas. Por esta razón el día 6 de marzo de 1883 se dio inicio a la exploración de esta zona con el fin de establecer una nueva senda. Es en este día cuando el Coronel Urrutia reúne en un balseadero  del río Allipen una pequeña división  compuestas por 200 hombres del batallón Ñuble del Comandante Contreras Solar y que fueron a cargo de su Segundo, el laborioso e inteligente Mayor don Luis Enrique Gómez, antiguo y culto periodista.

Al amanecer de ese día, bajo una lluvia torrencial, se emprende la marcha atravesando fértiles y vírgenes campos del vasto territorio indígena. A poco andar de esta expedición, se presenta el joven cacique de Maile llamado Painemilla que significa oro celeste, mostrándose un poco alterado al ver que por primera vez invadían tropas sus dominios, sin haber pedido antes la respectiva licencia. Dadas algunas explicaciones por el jefe, quedó este cacique más tranquilo y siguió su ruta la expedición.

El escritor de estas memorias relata sobre el valor de las tierras del cacique Painemilla, siendo estas de gran porvenir, comprendiendo una extensión de cinco leguas de largo por tres de ancho, de una calidad envidiable, cerradas al norte por cerros altos y difíciles y por el sur por las profundas barrancas del río Allipén, donde también poseía algunos terrenos un anciano cacique llamado Antihuil (que significa coipo al sol), quién por sus muchos años abdicó el mando en Painemilla. Relata que era costumbre de los caciques ceder el mando a los jóvenes cuando ya el sueño empezaba a helar el fuego de sus encorvados pechos y el decaimiento de sus bríos; a fin de que concluyan sus día tranquilamente rodeados del respeto y consideración de sus tribus.

Y en la mitad del día la expedición debe detener su marcha obligados por la espesa e imponente montaña de Maile. Se alzaron las tiendas y la tropa deponiendo sus armas de combate, alegremente empuñaron el hacha, la pala y la picota y dirigidos por el animoso jefe desaparecieron entre el tupido follaje del sombrío bosque durante algunas horas y semejante al extraño ruido de una batalla, se oyó el seco y rudo golpear del hacha en los añosos troncos que caían con gran estrépito en medio de la alegre gritería de los soldados, quienes infatigables abrían cómoda senda en la enmarañada selva.

 

Poco a poco los recios golpes se oyeron más distantes  hasta apagarse lentamente y jadeantes apoyados en sus herramientas vieron desfilar las tropas con ánimo resuelto y complacido por ver como pasaba el convoy con sus numerosas carretas. Ya al ocultarse el sol entre los verdes penachos de los coigues, robles y pinares acampó la división en las boscosas orillas del estero Pehuel, donde florecen los robles.

 Terminada esta expedición fundando el fuerte de Cunco, se logró someter junto a Villarrica, unos de los últimos territorios en la Araucanía, terminando así lo que se llamó la Guerra de Arauco, después de más de 300 años de lucha.

 

El Estado Chileno en su afán de colonizar todas estas tierras, emprendió inmediatamente la tarea de la agrimensura de todos los nuevos territorios anexados. El agrimensor contó con  dos herramientas geométricas para trazar la división del suelo en la Araucanía: La línea recta o abstracta (que siempre aparece delineada en los planos) y la línea que se ajusta a algún accidente natural (por lo general cursos de agua y a veces caminos, la que no siempre aparece explícitamente delineada, pero se deduce). Para el sector de Maile se usó los trazados abstractos de Norte a Sur por las dificultades del relieve, siendo las hijuelas no mayores de 500 hectáreas.

 

 

 

De esta forma se crea por Ley la nueva provincia de Cautín con fecha 12 de Marzo de 1887 que comprendía tres departamentos: Llaima, Temuco e Imperial. El Departamento de Temuco se dividió en 4 Subdelegaciones: 1ª y 2ª de Temuco, 3ª Lautaro y 4ª Freire. El sector de Maile quedó dentro de la 4ª Subdelegación de Freire.

 

 

Terminada  esta tarea el Estado realizó en el año 1893 los remates de estos predios, según consta en una escritura antigua del Colono Domingo Vidal. Con estos remates llegaron los primeros colonos, como German Habicht, que vende el 7 de octubre de 1904 su hijuela a don Domingo Vidal; el colono Benjamín Rebolledo, Tristán Rebolledo, Efraín Lagos, Juan Viscarra, Juan José Soto, Basilio Soto y muchos otros.

 

 

 

 

 

 

 

Domingo Vidal, uno de los primeros colonos

Las comunidades mapuches también fueron establecidas en hijuelas a través de Títulos de Merced. El Cacique Curihuinca Romero se presentó ante la Comisión de Títulos de Merced el 30 de Octubre de 1905 recibiendo su escritura el 31 de Agosto de 1908  que acreditaba legalmente la posesión de la hijuela N° 107 de 230 hectáreas. El Cacique Francisco Huentru Painemil se presentó ante la Comisión el 19 de Diciembre de 1905 y se le concedió la Hijuela N° 176 de 400 hectáreas, con fecha 22 de Agosto de 1908. El Cacique José Luis Carriman realizó su solicitud el 03 de Abril de 1905 concediéndose título de Merced el 17 de Mayo de 1910 sobre la hijuela N°95 con 384 hectáreas. También se encontraba en esos años un terreno del Cacique José E. Caniulaf, pero esa hijuela fue solicitada recién el 29 de Noviembre de 1921 por María Lafquen viuda de Tranol, solicitud que fue acogida el 5 de Febrero de 1926 sobre una hijuela de 60 hectáreas. Posteriormente este Titulo de Merced fue eliminado el 27 de agosto de 1987.

 

Una vez establecidos los primeros colonos comenzaron a realizar la explotación de los milenarios bosques cuya madera eran llevados a los aserraderos más cercanos a través de los medios disponibles en aquel entonces que consistía, más que nada, en la fuerza animal. También accedieron a los terrenos grandes compañías madereras como la Empresa Malvoa, a través del sistema de remates.

Junto a los colonos llegó mucha mano de obra y en el sector de la entrada a Las Vertientes, según la tradición oral, se estableció un pequeño poblado llamado Santa Juana, a orillas  del llamado en ese entonces “camino a Villarrica” que aparece proyectado en los antiguos mapas de los Títulos de Merced. Este camino con dirección a Cunco pasaba por este sector y era construido por  la Oficina de Caminos Coloniales, senda que en invierno era intransitable.

La población del sector de Maile en el año1897 era de 336 habitantes en comparación con Freire que ese mismo año tenía 183 habitantes. Este dato se encuentra en la “Jeografía Descriptiva de la República de Chile” de Enrique Espinoza publicado en ese año (1897). Esto da cuenta de la gran cantidad de personas llegadas y de movimiento que había en este sector.

Ante la dificultad de extraer la madera muchos colonos optaron por rozar y talar para luego quemar vastos bosques y luego ir limpiando  los terrenos a fin de tener espacios para la agricultura. Junto con ello también se perdió mucha madera nativa por un valor incalculable.

Frente a estas dificultades, en Enero 1907 el señor Marcial Recart, un acaudalado y prestigioso industrial de la región, que tenía propiedades en esta zona y dueño de la Compañía de elaboración de maderas Malvoa, presentó al Congreso Nacional una solicitud pidiendo la autorización necesaria para ejecutar una obra de la construcción de una línea de Ferrocarril de Freire a Cunco, solicitud que fue informada favorablemente en julio de ese mismo año por la Comisión de Industria  y Obras Públicas del Honorable Senado. Sin embargo el tiempo pasó sin que se tomara ninguna resolución y las condiciones económicas y financieras de los particulares habría sufrido profundas modificaciones. Ante esta circunstancia el señor Recart retiro a fines de 1909 su solicitud, por lo cual los industriales madereros y agricultores llamados a beneficiarse con ese ferrocarril, elevaron a la consideración al supremo gobierno un Memorial fundado solicitando “se sirva ordenar que se hagan los estudios definitivos del caso y se contrate la construcción del ferrocarril de Freire a Cunco comprometiéndose los firmantes a dar gratuitamente todos los durmientes y madera necesaria para el cierre de la línea, postes de telégrafo y para los puentes que sean necesarios”

Es de advertir que no hacen referencia a los terrenos necesarios para ubicar la línea, estaciones y sus dependencias, porque el ferrocarril se desarrolla totalmente en terrenos fiscales o en hijuelas de colonos rematadas, sobre las cuales pesa la obligación de ceder gratuitamente la faja de expropiación para ferrocarriles y caminos que emprenda el Estado.

En 1910, Santiago Marín Vicuña, en su Informe para un trazado de Ferrocarril Freire a Cunco, describe así la situación de la zona donde se encuentra Maile también:

 “Como se comprende, construido que fuera el ferrocarril de Freire a Cunco, el aumento del precio unitario de estas tierras fiscales significaría por si solo una compensación cinco o seis veces mayor que el costo que él signifique al erario nacional.

Diseminados en esta extensa zona existen hoy en día más de 40 aserraderos que, a la par de explotar las valiosas medras de los bosques, van conquistando terrenos aptos para las siembras y diversos cultivos agrícolas.

Pero esos aserraderos, por razones del costo de acarreo y dificultades de conservación de los caminos, dado lo lluvioso de la región, no pueden instalarse sino en bosques más o menos inmediatos a la estación de Freire, pues más allá no son remuneradores, quedando así sin poderse explotar las montañas más retiradas más cordilleranas que, por regla general contienen maderas más finas y apreciadas en el comercio, como ser las de lingue y raulí. De ahí que muchos propietarios, en la necesidad de formar campos de siembras y en la imposibilidad de acarrear las medras, recurran al primitivo y deplorable sistema de cortar e incendiar sus bosques, conocido con el nombre de roces, devastando así, sin beneficio particular y con gran detrimento de la riqueza pública, vastas montañas de roble, laurel, lingue, raulí, etc., de valores inapreciables.

Como se sabe, el único medio de acarreo en la región de que me ocupo en la carreta indígena, vulgarmente llamada chancha; con ruedas muy bajas, a menudo de madera y de una pieza, arrastrada por una yunta de bueyes y que difícilmente pueden cargar más de doce quintales métricos.

En cuanto a los caminos son, por lo general, sendas angostas, labradas en una región boscosa y de prolongadas lluvias, por lo que en invierno se ponen intransitables, paralizándose así todo el tráfico y con él la vida de los aserradores, por no tener trozos que labrar”

Los periódicos de aquel entonces también realizaron publicaciones a favor de este proyecto de ferrocarril y de esta manera la presión fue creciendo sobre el Estado, a la par que cada día iba aumentando el comercio en esta zona y así la llegada de muchas familias. Incluso se tiene antecedentes que se estableció una escuela pública en el Fundo Maile y que es mencionado en la Guía Comercial de la Provincia Cautín de 1919. La Escuela se llamaba: “Escuela Mista Rural N° 41” cuya Directora era Ester Sepúlveda de Astete.

El 20 de Agosto de 1918, por decreto N°2935 del Ministerio del Interior, se crea la comuna de Freire, comprendiendo las Subdelegaciones 3ª, 5ª y 9ª. El 3 de Octubre del mismo año se constituye la Junta Municipal, actúa como delegado de Gobierno y de la Municipalidad de Temuco don Pedro C. Aracena, quién presidió las reuniones de Instalaciones y constitución de la Municipalidad. En esta misma fecha se crean los servicios municipales y el año 1919 se realiza la primera sesión Municipal designándose al primer alcalde de Freire don Carlos Schleyer H.

Fue también en 1919, después de 9 años de presentado el Informe y la Memoria del Ferrocarril, cuando el proyecto vuelve a revivir impulsado permanentemente por el Comité Pro construcción del Ferrocarril. Durante el año 1918 el Comité trabajó arduamente realizando campaña en apoyo a la construcción de esta obra lo que finalmente dio fruto y por esta razón que el año 1919 se dio por iniciada las obras de construcción de la línea ferroviaria.

 

Correspondió a la Empresa Félix Corte y Compañía realizar la construcción de esta obra y por el empeño puesto, tanto por parte de la firma constructora como de técnicos y obreros, hizo que en corto tiempo se concluyeran los trabajos de acondicionamiento del viaducto en sus primeros tramos. A mediados de 1921 se hacían recorridos cortos sobre la línea colocada, tanto para el traslado de materiales, como de pasajeros y carga. Ya en 1923 estaba en uso hasta el kilómetro 44 de la Estación de Trumpulo, la que más adelante se llamaría Las Hortensias y faltando solamente 13 kilómetros para llegar al final, hecho que ocurrió al término del mismo año con recorridos de prueba y fue inaugurado  al año siguiente en 1924, ocasión en la que fueron invitados el Excelentísimo señor Presidente de la República, don Arturo Alessandri Palma, El Ministro de Ferrocarriles y Obras Públicas don Guillermo Illanes y el Inspector de Ferrocarriles en Estudio y Construcción don Teodoro Schmitd.

 

 

 

 

 

Inauguración Ramal Freire – Cunco

 

Estación Cunco. Abril 1924

En toda la extensión de esta vía quedaron 5 estaciones: Allipén, Maile, Choroico, Trumpulo y Cunco. La estación de Maile fue construida sobre terrenos del Título de Merced de Cacique Curihuinca Romero.

Con el tiempo la estación Maile cambiaría de nombre, pasando a llamarse Fresia, nombre que también más tarde fue cambiado por Radal. Estos cambios se debieron a que en otros lugares existían localidades del mismo nombre y se producía extravíos en la correspondencia.

En Maile se construyó el edificio de la Estación, la bodega, las viviendas de los guarda cruces,  la Casa del Jefe Estación que aún se conserva, y otras infraestructuras.

Junto a esta estación se fueron construyendo nuevas viviendas sobre el terreno de Curihuinca Romero y más tarde, el 14 de Junio de 1926 se proyectó el primer plano para el pueblo y Estación de Fresia con una superficie a ocupar de 30 ¼ hectáreas. Lo más probable es que los propios habitantes comenzaron a realizar gestiones ante el Gobierno de Emiliano Figueroa Larraín para regularizar el poblado, razón por la cual una de las calles del pueblo lleva el nombre de Presidente Figueroa hasta el día de hoy.

Con el funcionamiento del ferrocarril, aumentó la explotación de madera realizadas por las grandes compañías madereras y colonos particulares. Llegaban a  la Estación de Fresia grandes cantidades de durmientes que eran despachados por el Jefe de Estación don Carlos Astete.

 

Asimismo se construye por iniciativa particular de la familia Lamoliatte una red de ferrocarril de trocha más pequeña en el sector de Los aromos que se extendía en una vasta zona al sur del rio Allipen desde el sector de los Laureles, para poder trasladar la madera hasta la ribera del río frente a la Estación de Fresia. Aún se conserva la máquina llamada “La Carolina” en el sector donde estuvieron las antiguas casa patronales de don Agustín Lamoliatte y que hoy se llama Fundo Santa Luisa.

Recopilación,Creación y Edición realizada por Biblioteca de Radal de la comuna de Freire.

bibliotecaradal@gmail.com

 

 

Moneda antigua usada por la familia Lamoliatte para pagar a sus trabajadores. Fue encontrada en la localidad de Radal


Radal anterior a 1978 visto desde el cerro. Nótese la ausencia de la copa de agua. (Foto donada por don Rosendo Gomez)

Antiguo acto cívico realizado frente a Retén de Carabineros aproximadamente en el año 1985. (Foto donada por don Rosendo Gomez)